Comenzó la etapa en Santo Domingo de Silos con una gran
tranquilidad, ya que en los primeros kilómetros solo hubo unos intentos tímidos
de algunos corredores por intentar la escapada, intentos que se quedaron en
nada, y hubo que esperar a que el pelotón pasara por Salas de los Infantes en el kilómetro, para que empezara
a adueñarse del mismo una cierta inquietud.
Calma tensa que efectivamente no tardó en
explotar una vez que el gran grupo transitó entre Hoyuelos de la Sierra y Vizcaínos (kms 26 y 34
respectivamente), punto en el que hasta un grupo de 17 corredores probaron suerte para empezar a
marcar diferencias camino de las Lagunas de Neila.
De nuevo un día más el
corredor cántabro del Burgos BH Ángel Madrazo y junto a él otro de los intrépidos de la presente edición de la ronda
burgalesa, el suizo Simón Pellaud del Excelsior, para ambos era su
tercera escapada consecutiva, con buen
entendimiento entre todos ellos, los fugados no tardaron en alcanzar importantes
rentas respecto al pelotón, siendo ésta de 2´35 al paso por Pinilla de los Moros (km 40), para
aumentar hasta los 4´05 cuando los escapados cruzaron la
localidad burgalesa de Pinilla de los Barruecos (a 84 km para la
meta).
El argumento de la quinta y última etapa
de la Vuelta a Burgos ya estaba montado y solo restaba esperar con paciencia
para ver cuál sería el desenlace de la película, las rampas de
ascenso a las Lagunas
de Neila darán espectáculo a la etapa y dictara sentencia en la Vuelta a Burgos 2019.
Los 17 héroes de la jornada superaron el
primer puerto puntuable del día, el Alto del Cerro (3.ª Categoría, a
56 km para la meta), conservando aún 3’22 de ventaja sobre el gran paquete,
pero en el
ascenso al segundo alto de la jornada, el del Collado de Vilviestre (3.ª Categoría, a 24 km
para el final), lanzaron un duro ataque desde la fuga el suizo
incansable, Simón
Pellaud (Excelsior) y el australiano Rory Shuterland (Team Emirates), que se irían por
delante sin que ninguno de los otros 15 componentes de la aventura pudiera
impedirlo.
Así, mano a mano, Pellaud y
Shuterland fueron
abriendo hueco y cruzaron bajo la pancarta del puerto de montaña con una
ventaja respecto
al pelotón que ya solamente era de 2’12’’.
Por detrás, el Movistar Team tomaba la cabeza
en el grupo, relevando al Ineos, para empezar a imponer un ritmo fuerte e
ir haciéndole el final de la etapa a sus dos hombres fuertes en la
General, Richard
Carapaz y Antonio Pedrero.
Le quedaban por delante 11.5 km, pero solamente tres después el corredor suizo
era engullido
por el pelotón, que, comandado
por Movistar e Ineos, previamente había dado cuenta de los 15 rezagados de la fuga y, más
tarde, del australiano Rory Shuterland (Team Emirates).
Quedaban para entonces en cabeza unas
25-30 unidades, y entre ellas todos los favoritos al triunfo en las Lagunas y
también en la ronda burgalesa, pero con ellos, también y de forma increíble, el
mismísimo Ángel
Madrazo (Burgos BH), que aún tenía aliento para aguantar el ritmo de los más fuertes.
Solo a falta de 2.5 kilómetros para la meta se
descolgaría el ciclista cántabro, y fue precisamente ahí cuando el
ecuatoriano Richard
Carapaz (Movistar) lanzó el ataque que le sirviera para enjugar los 28’’ de desventaja que tenía en la
General respecto al líder, Iván Ramiro Sosa.
Se le unían un poco después Óscar Rodríguez (Euskadi Murias) y Rui
Costa, el portugués ex campeón del mundo y líder del Team Emirates, y fue
precisamente el corredor luso el que sin esperar demasiado soltó a Rodríguez y Carapaz y con un duro ataque se
marchó en solitario en busca de la victoria final.
Sin embargo, a 500 metros para la meta el
intratable líder de la presente edición de la ronda burgalesa, Iván Ramiro Sosa (Ineos), lanzaba un duro ataque que le permitía
escaparse y neutralizar
poco después a Rui Costa solo a 300 metros para la meta, para hacerse con
el triunfo
de la etapa y redondear el mejor final posible con el que adornar su maillot morado de líder de la XLI Vuelta a
Burgos
DIRECCION DE CARRERA Y ORGANIZADORES
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