La entrada en los Pirineos anuncia una concentración de montaña en el otro principado, Andorra, que aparece en el recorrido de La Vuelta por 25ª vez (desde 1965) y ofrecerá una secuencia de Port d’Envalira, Beixalis, Coll d’Ordino y Alto de la Comella en apenas 104 kilómetros, íntegramente dentro de su territorio, Andorra marcará el tono al inicio de la carrera con una etapa corta pero muy exigente, antes de afrontar ascensiones como Valdelinares, Aitana, Calar Alto, La Pandera, Peñas Blancas y el inédito Collado del Alguacil, en una última jornada de alta montaña que promete ser extremadamente dura.
En su mayor parte, se trata de regresos a finales en alto ya conocidos. Valdelinares no acogía La Vuelta desde la fiesta colombiana de 2014, cuando Winner Anacona se llevó la victoria de etapa y Nairo Quintana se convirtió en nuevo líder de la carrera, el último corredor en imponerse en el Alto de Aitana fue el francés Pierre Latour en 2016.
Dos nuevos desafíos esperan al pelotón, un tramo de 3,5 km de camino de tierra hacia el El Bartolo, situado a 16 km de la línea de meta de la etapa 6 en Castellón, y el Collado del Alguacil, la última subida y ni mucho menos la menos exigente, ya que sus más de ocho kilómetros presentan rampas especialmente duras, con pendientes de hasta el 20 %.El final de la etapa 20 será una ascensión inédita en La Vuelta, que pondrá el broche a una jornada marcada en Sierra Nevada por el doble paso por el Alto de Hazallanas, los especialistas contra el reloj disfrutarán de una etapa más larga que en los últimos años, con 32,5 km entre El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera, y de los 9 km en Mónaco el primer día.







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